Despistada, sumergida en sus pensamientos, avanza con prisa, sin detenerse en su camino.
Segura de sus pasos, segura de si misma, ella sabe bien a dónde la conducen.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces.
Dejó las lágrimas para los débiles y con valentia volvió a conquistar su vida,
llenándola con sonrisas de esperanza.
El frío la abraza aquella mañana y no la deja escapar.
Sigue avanzando por la calle abarrotada de gente,
mucha mucha gente y a la vez tan poca, se siente sola, no hay nadie.
Pero un rayo de sol se cuela por su pelo alborotado, y de repente ya no está tan sola.
Él, el que se habia ido lejos, ahora estaba tan cerca
que podía alcanzarle con la punta de los dedos.
Y así el invierno dejó de ser tan frío.
Qe ermoso *-* pero las lagrimas no son de deviles, son de valientes que saben expresarse & no les da miedo ni verguenza hacerlo.
ResponderEliminarSaludos =)*
jajaja osos de colores? =) Muak =)
ResponderEliminarSi, ami me a pasado eso de sentirte sola en una calle abarrotada...
ResponderEliminary tb llorar en edio de la calle y qenadie te consuele.
Besos