jueves, 9 de enero de 2014

Llego, tras eternos dias, largas horas, fatigosas, casi infinitas. Y aparece, un sentimiento de rechazo me invade, algo me frena. No quiero. Siento como el miedo se apodera de mi, quiere aislarme, convertirme en viento. Ligera, sin ataduras, huyendo de cualquier mano amable que pretenda ayudarme, sacarme de este pozo, de este vació. Pero me sobrepongo, y llamo al ascensor, con la náusea todavía dentro, a mitad de camino entre mi corazón y el estómago.

1 comentario:

  1. me gusta como describis lo que te pasa pero quiero sabermas!
    me voy a poner a chusmear tu blog! besos

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